Santuario

La identificación con los referentes espirituales del propio lugar es una característica de nuestra cultura y estos referentes, humanizados por la tradición popular, nos acercan a venerar los patronazgos que han arraigado cerca de forma secular y por distintos motivos. Este es el caso de la Mare de Déu de Refet, venerada en la ermita del mismo nombre en el término de la baronía de Seró.

La ermita está situada a los pies del Puig del Grealó y de la sierra de la Força, en los llanos que forman la base de esta, en el cruce de los caminos que llevan de Seró a La Força y de Colldelrat a El Gos. Des de esta situación de privilegio, podemos gozar, además del silencio y la paz espiritual, de una amplia panorámica del valle del Senill donde sobresale la antigua baronía de Seró, levantándose vigilante y altiva.

Historia

Los restos de un poblado con diversos hallazgos arqueológicos nos indican que este lugar fue habitado en la edad del bronce (1800-1100 aC), pero la historia escrita de este lugar no aparece hasta la Edad Media con la referencia de la encina, que llegó a ser milenaria, donde se refugió Arnau Mir de Tost para su descanso durante sus batallas contra los musulmanes del Mascançà, antigua provincia árabe situada en el actual Pla d’Urgell. Esta encina fue cortada durante la última guerra civil. Pero no es hasta el 1133 que por primera vez encontramos referencias de la propiedad del lugar cuando Pere Ramon, un habitante procedente de Grealó, nombra Refet como un legado de sus padres. Y por lo que respecta a construcciones, dado que la imagen que se venera en la ermita es una talla románica de finales del siglo XII y principios del XIII, hemos de pensar en la existencia, en aquella época, de una edificación religiosa. En el año 1657, el padre Narciso Camós publicó: “En un pedazo de tierra que se llama término de Refet, de la parroquia de Santa María de Seró, se venera una imagen de la hermosa Paloma, María. Intitúlase de Refet por razón del lugar donde está”. El 8 de mayo de 1716, en el libro de visitas pastorales del Obispado de Urgell se escribe: “Así mismo se encuentra una Ermita construida y fundada en el término de Seró; el altar es de Nuestra Señora de Refet, y está con toda decencia”. La iglesia actual es del año 1765. Esta construcción se hizo utilizando los restos de la antigua ermita. En 1858 se construyó la casa de los ermitaños que se añadía al conjunto y desde entonces la casa estuvo habitada por una familia hasta 1973. Según nos indica Josep Pijuan en su libro sobre el pueblo de Seró, alrededor de 1860 tuvieron lugar unos hechos desagradables, que se desconocen, que obligaron a las autoridades eclesiásticas a cerrar el Santuario, reabriéndose el año 1862 por orden del Obispo, atendiendo a las súplicas y buenos propósitos del alcalde y de los vecinos de Seró. La joya del monasterio es la talla románica de Nuestra Señora de Refet, que fue salvada durante la guerra por la familia que habitaba la casa, sustituyéndola por la figura de Santa Lucia. De esta forma los asaltantes lanzaron al fuego la imagen que no era. Entre 1936 y 1939, esta imagen permaneció escondida en un agujero en la bodega de la casa, envuelta con tela arpillera y cubierta de leña, devolviéndola a su lugar original el día 8 de septiembre de 1940 con motivo de la fiesta mayor de Seró. El año 1973, debido a las obras de restauración del edificio, la talla quedó en custodia del párroco de Seró y una familia de esta localidad; mientras, una réplica presidia el altar mayor. El lunes de Pascua de 1986, se estableció en el santuario la comunidad benedictina de la congregación de Nuestra Señora de la Esperanza, lo que propició el regreso de la imagen de la Mare de Déu de Refet a su lugar de culto el 12 de octubre de 1986.

La ermita y el conjunto artístico y arquitectónico

El conjunto arquitectónico de Refet consta básicamente de dos edificios, siendo el principal el que se ha ido construyendo a partir de la ermita original. Esta circunstancia se evidencia, si prestamos atención, en la disposición de los sillares de la fachada, donde podremos comprobar como, a partir de la construcción originaria, se ha construido en primer lugar la iglesia, de 1765 y ampliándose posteriormente, en 1858, con la casa del ermitaño donde hoy hay las dependencias de las monjas del monasterio.

Con la llegada de la congregación de la Mare de Déu de l’Esperança, se hicieron mejoras en el edificio reconstruyéndose el Cobert del Clos para convertirlo en un taller de encuadernación en la planta baja y habitaciones para los huéspedes en el piso superior. La particularidad de este nuevo edificio es que todas las piedras de la fachada están trabajadas. En el interior de la iglesia destaca el gran retablo barroco realizado el año 1876. Este retablo, que abarca todo el muro del altar mayor, enmarca el camarín de la Virgen.

Mn. Armengol nos cuenta que durante la guerra civil unos soldados destacados en Refet dispararon dos balas a este retablo, una de ellas está incrustada en el ojo derecho de la imagen del Padre Santo que corona el retablo y la otra se encuentra unos centímetros más a la izquierda, ambas se pueden apreciar fácilmente. Además de las imágenes de la Virgen de Refet, de Santa Lucia y de San Peregrino, encima de la salita del perdón hay una pintura moderna, obra del artista Jesús Massana, hijo de Oliola. Completando la imagineria religiosa, en el jardín del monasterio, observamos los restos de una cruz de término gótica fijada sobre un pilar. Fuera del recinto, a unos cien metros de la entrada, hay la cruz de término que marca el límite de la propiedad del monasterio de Refet. En el año 1936 se destruyó la escultura de la cruz situada encima de la columna y fue substituida por una de hierro. En el año 1977, coincidiendo con el aplec del primero de mayo, se instaló una cruz parecida a la original, obra de Francisco Sala. Tampoco podemos dejar de visitar, fuera del recinto, el pedró de Santa María de Refet situado detrás del santuario, en el camino que conduce a Ponts. Este pedró, llamado el Oratorio, marca el punto donde se encontró la imagen de la Virgen.

La talla románica de Santa María de Refet es una pieza policromada de 60 centímetros, de factura hierática y rustica esculpida en un taller rural. La escultura presenta a María como la sede de la Sabiduría y trono de la Divinidad, mostrándonos a su hijo que bendice con su mano derecha. La virgen está sentada sobre un sitial y viste túnica y manto, además de un velo que le cubre la cabeza. El hijo, que representa un niño de unos 7 años, lleva una túnica. La restauración que se hizo después de la guerra escondió la expresión primitiva de esta escultura. En la sala de exvotos se puede ver la colección de vestidos de la Virgen, los cuales eran hechos y dados por manos devotas de la virgen. La tradición de vestir a Santa María de Refet se rompió el año 1973, cuando fue trasladada por las obras de restauración del Santuario. En Refet se venera también al glorioso San Peregrino, confesor, que es patrón de los caminantes, la devoción del cual viene dada por la soledad del lugar. Como no hay una fecha concreta de celebración de la onomástica de este santo se le cantaban los gozos cuando se visitaba el Santuario. Santa Lucia tiene dedicado un pequeño altar en la iglesia, donde el 13 de diciembre las familias del entorno la visitan y le cantan los gozos. Santa Lucia es especialmente estimada en este lugar, ya que con el sacrificio de su imagen se salvó del fuego la talla románica de Santa María de Refet. En estas imágenes tradicionales del santuario veneradas desde tiempos antiguos, actualmente se ha añadido la escultura moderna de la Virgen de la Esperanza, patrona de la congregación.

Leyendas y tradiciones

Fue en 1975 cuando el xilógrafo Ricardo Vives y Sabaté, de Vilanova y la Geltrú, realiza una colección de 5 gozos para las devociones de Refet, dos de ellos dedicados a Santa Maria, uno al Pedró y el otro a la Iglesia; a la veneración de la Santa Cruz, en homenaje a la cruz de término de Refet con texto de Mn. Cinto Verdaguer; otro a Santa Lucia, siendo el último dedicado al glorioso San Peregrino, confesor. En los textos de estos gozos se encuentran algunas de las leyendas y tradiciones del lugar de Refet, como el caso del niño de Montclar de un año y medio de edad, a quien el 6 de agosto de 1634 le cayó una piedra en la cabeza y, dado por muerto Santa María le salvó la vida.

Otra leyenda nos habla de la intercesión de la virgen en el salvamentos de dos sacerdotes a los que una crecida del Segre se llevó río abajo. En el texto del Ave a Santa María de Refet se refleja la leyenda del pastorcillo de Cal Vall de Seró, que encontró la imagen en el lugar donde actualmente hay el pedró y que cada vez que cada vez que se la llevaba envuelta con su capa al pueblo para enseñarla, cuando llegaba delante del amo para mostrarla ya no estaba: había regresado al lugar de origen. Esto se repitió tres veces y fue entonces que se decidió construir en aquel lugar una ermita donde venerar a Santa María de Refet. También, en este texto del Ave, se habla del cambio de la talla por la imagen de Santa Lucia para salvarla del fuego durante la guerra civil.

Otro de los milagros que se le atribuye a la virgen es el del 9 de junio de 1639, cuando en una sequía muy importante los habitantes de la comarca pidieron a diversas vírgenes que hicieran llover. Esta petición la concedió Santa María de Refet cuando, después de trasladar la imagen a la iglesia parroquial, llegó la lluvia. Es por esto que a esta Virgen se la invoca cuando es necesario que llueva. También era tradición concretar los noviazgos al pie de la milenaria encina; así como, durante muchos años, el manto que llevaba la Virgen se llevaba a casa de las parteras que lo pedían, ya que existía la creencia de que abriéndose con el, el parto seria muy corto.

Festividades

La primera festividad del calendario es el aplec (encuentro) del primero de mayo, que hasta 1970 se celebraba los lunes de Pascua y que todavía acoge a mucha gente de la comarca. Este aplec se iniciaba con una procesión encabezada con los cantos y el baile de cascabeles que desde la cruz de término iba hasta la puerta del Santuario. Esta tradición se perdió el año 1923. El año 1977, con motivo de la inauguración de la cruz restaurada, se recuperaron letra y musica y se hizo la procesión como se hacia antiguamente con el estribillo:

Entorn Vós s’apleguen / nens, joves i vells / amb dansa joliua / la dels cascavells.

El 8 de septiembre, dia de las vírgenes encontradas, se celebraba en Refet su fiesta, con oficio concelebrado y la participación en los últimos años de la Coral Pontsicana. Esta fiesta coincidía con la fiesta mayor de Seró, población que tiene el patronazgo de Santa María de Refet. Otras festividades son el 12 de octubre, en que se hace la ofrenda de los frutos después de la cosecha, y el 13 de diciembre, día de Santa Lucia.

La comunidad benedictina de Refet

La congregación de Nuestra Señora de la Esperanza fue creada en Croixrault, en el norte de Francia, el primero de octubre de 1966 por Henri-Marie Guilluy. Este monje benedictino, maestro de novicios veía que había vocaciones que no podían realizarse debido a que el Vaticano no acepta ministros de la fe con deficiencias físicas. Su petición de aceptar en la orden personas con esta situación fue rechazada y, después de tres años de intentarlo, consiguió el permiso para crear una congregación formada con monjes que sufrían estas circunstancias. Hoy, esta congregación ya dispone de unas veinte comunidades, dos de ellas femeninas, situadas básicamente en Francia. Refet fue la única casa en Cataluña. Esta congregación, que se rige bajo la regla de San Benito aplicada con variaciones establecidas para preservar la salud de los monjes, está abierta a las vocaciones de personas con limitaciones físicas. Para profesar, hay que pasar un mínimo de 9 años en situación de formación antes de realizar la profesión perpetua. Fue en 1986 cuando en Refet se instaló esta pequeña comunidad benedictina fundada por Joan M. Vendrell, y dependió de los obispos de Urgell y de Amiens.

La falta de vocaciones y la edad y salud de los monjes forzaron el cierre del Monasterio de Santa María de Refet en el año 2009.

Durante 8 años un sacerdote, Mn. Josep Sauter, y los fieles de los pueblos de alrededor del Santuario han conservado el Monasterio y el Santuario pidiéndole a la Virgen una comunidad que pudiera volver a abrir el Monasterio.

La comunidad de vírgenes consagradas jerónimas de Refet

El 23 de marzo de 2016 ha vuelto a habitar en el Monasterio una pequeña semilla de vida jerónima femenina, materializada en su consagración de vírgenes dentro del Ordo Virginum bajo el ministerio del obispo de Urgell.

Bibliografia recomendada

• Història d’Artesa de Segre i la seva Comarca. Josep Lladonosa. 1990.
• Seró. Un poble amb història. Josep Pijoan. Edita: Veïns de Seró. 1992.
• Dos assentaments de l’edat del bronze a Artesa de Segre: Collderat i Refet. Jordi Pérez i Conill, Rafael Gomà i Fontanet. Grup de Recerques de les Terres de Ponent XXVI, jornada de treball. 1993.
• Fets, costums i llegendes. La Noguera. Vol. IV. Josep Bellmunt. Pagès Editors. 1994.
• Devocions marianes populars. La Noguera. Josep Bellmunt. Pagès Editors. 2000.

Texto: Ramon I. Canyelles
http://artesadesegre.tripod.com

Acceso y situación

Para llegar al santuario, saldremos de Artesa por la carretera de Ponts y en el punto kilométrico 109, en la salida que nos conduce a Seró, encontraremos la indicación para acceder a la pista asfaltada que, cruzando la carretera y salvando un desnivel de unos 50 metros, nos conducirá al Monasterio de Santa María de Refet.

C/ Afores, s/n,
25739, Seró (Artesa de Segre),
Lleida. Bisbat d´Urgell.
Telèfon: 973291319.
Whats app: 688803999
Email: contacte@santamariaderefet.org